Acudan a mi ayuda, malas palabras, tantas que ni sepa de donde vienen.
Una cabrona horrible me vulgarea y se rehusa a devolverme mis poemas.
Será posible esta mierda?
Busquémosla y que los regrese!
Quien es ella? Preguntarán ustedes.
Esa que todos miran, prostituyéndose en las calles,
con feos labios de payaso, riéndose como perra necia.
Rodeémosla y insistamos que los entregue:
"Puta asquerosa, devuélveme mis poemas!
Devuélveme mis poemas, puta asquerosa!"
Que le vale verga? Ah, mujer basura! casa de putas!
O peor todavia si posible fuera.
Pero no me basta con esto.
Aunque de nada sirva, hagamos
que se sonroje de verguenza.
Todos juntos, gritemos otra vez, mas duro:
"Puta asquerosa, devuelve mis poemas!
Devuelve, Puta asquerosa, mis poemas!"
Pero nada estamos haciendo, sigue como que nada.
Mejor será que cambiemos de estrategia.
Talvez así logremos algo:
"Virtuosa y honrada mujer, por favor, devuélveme mis poemas."