Nada iguala la felicidad de un mortal que un acontecimiento inesperado
que satisface sus deseos y esperanzas. Tu que para mi amor eres mas
preciosa que el oro en polvo, y a mi regresas, oh Lesbia, objeto de mis deseos.
Regresas a mi, deseoso, cuando menos te esperaba.
Oh dia luminoso!
Existe mortal alguno mas feliz que yo? Oh, quien podra decir que su vida
es mas deseable que la mia?