Celio y Quinto, jóvenes Veroneses en flor,
mueren de amor; uno por Aufileno y otro por Aufilena,
hermano y hermana los dos. Esto es, como dicen
-en verdad-, una dulce fraternidad.
¿A quién favorecerán mis deseos? A ti, Celio,
pues lo amerita nuestra amistad a prueba de fuego
cuya flama vesania recorre mi cuerpo
y me consume hasta las médulas.
¡Sé feliz, oh Celio, sé vigoroso en el amor!